Con la toma de consciencia de los consumidores sobre su propia salud y nutrición, nace una magnífica oportunidad en la industria de los alimentos para mascotas de aprovechar esta circunstancia y ofrecer productos y conceptos que los humanos puedan relacionar, creer y considerar lo suficientemente «sanos» o «buenos», como para alimentar a sus mejores amigos con ellos.